Llamamiento
mundial de parlamentarios respecto a la tasa Tobin La
especulación en los mercados financieros alcanza hoy
dìa un nivel sin precedentes en la Historia. El abandono
en 1971 del sistema internacional de cambio, nacido
de los acuerdos de Bretton Woods, ha provocado un aumento
considerable de los intercambios sobre monedas, que
han pasado en 30 anos de 70000 millones a màs de 1500000
de millones de dólares al dìa. La mayor parte de ses
flujo ne corresponde a ningún intercambio real de mercancias,
sino a la búsqueda de beneficios financieros inmediatos,
a menudo considerables.
Esta evolución
es particularmente nefasta para la humanidad entera
ya que conlleva una gran inestabilidad del sistema monetario
y conduce a una sucesión de graves y contagiosas crisis
económicas. Dichas crisis, como las que afectaroon a
Méjico en 1994, a Asia del sureste en 1997, a Rusia
en 1998 y a Brasil en 1999, arruinan en pocos diàs varios
años de trabajo productivo. Las naciones deben comprar
la confianza de los inversionistas concediendo ganancias
cada vez más elevadas a los detentores de capitales,
a costa de las personas que viven de su trabajo, a costa
de los ciudadanos y a costa del medio ambiente.
En consecuencia,
la libertad de circulación de capitales desestabiliza
la democratia. Por esa razón es de capital importancia
fijar mecanismos reguladores. Uno de ellos es la tasa
Tobin, nombre del Premio Nobel americano de Economía;
James Tobin, ya en 1978, propuso poner una tasa módica
a todas las transacciones en los mercados de cambio
para desalentar la especulación y, de paso, procurar
ingresos a la comunidad internacional. Con sólo un 0.05%,
la tasa procuraría más de 100.000 millones de dólares
al año, que podrían ser empleados para estabilizar la
moneda, para desarrollar la economía, para financiar
la ayuda humanitaria, para paliar otras crisis nacionales
o internacionales.
Numerosas
organizaciones no gubernamentales a través del mundo,
en relación con los sindicatos y las asociaciones de
finalidad social o relativas al medio ambiente, actúan
juntas con sus gobiernos y participan a la puesta en
marcha de tasas del tipo Tobin.
Las parlamentarios
se deben a esas organizaciones, pero también a la emergencia
de una opinión pùblica fuerte. Se necesitan nuevos niveles
de cooperación para domar la especulacíon monetaria
y para utilizar los ingresos para cubrir las necesidades
locales y globales de urgencia.
Nosotros,
parlamentarios, legisladores, elegidos; pedimos a nuestros
Parlamentos y gobiernos respectivos que adopten la tasa
Tobin para que cada gobierno avance en su puesta en
marcha a nivel nacional e internacional y explore otras
opciones para reformar el sistema financiero.
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